Todo este trabajo se orientó por el noble afán de estar más cerca de las chilenas y chilenos. Quiero decir con toda la humildad que esa misión fue cumplida.
El período 2018-2022 fue una etapa de grandes desafíos para Chile.
Por más de una razón, la vida de todos cambió y como Gobierno hicimos nuestro mayor esfuerzo por conducir al país en un escenario difícil, ya fuera a través de un proceso constitucional que hoy se encuentra en marcha; ya fuera enfrentando la mayor pandemia de nuestra generación; o dando la cara cada vez que fue necesario escuchar o rendir cuentas a la ciudadanía.
En este momento de balances quiero decirles que siempre la intención de este Gobierno fue la de aportar soluciones para los dolores que aquejan a Chile, buscando escuchar a todas las partes interesadas y teniendo siempre el foco en el interés superior de la nación, que no es otra cosa que la preocupación por el bienestar de todas las personas.
Esta fue una administración comprometida con la democracia; el respeto de la institucionalidad; y con vocación de servicio al prójimo. Será la historia quien juzgue nuestras acciones, pero nuestras convicciones siempre estuvieron claras. Todo fue posible gracias a la dedicación, el profesionalismo y el cariño de todos los cientos de trabajadores y trabajadoras que componen este ministerio.
En el tiempo que me correspondió encabezar la Secretaría General de Gobierno -un año con 7 meses y 11 días para ser exactos- pude conocer casos notables de lo que es la función pública, porque entienden que antes que funcionarios o funcionarias de una administración, son parte del Estado. Y el Estado no es ni de unos ni de otros, es de todos y todas. Siempre los pude ver atentos a ayudar y entendiendo que desde todos los ámbitos se podía aportar al bienestar de la ciudadanía. Estas mujeres y hombres me transmitieron el orgullo que significa dedicar la vida a nuestro país y que ningún sacrificio es suficiente cuando se trata de Chile.
Esta cuenta pública es el reflejo de la gestión, tanto de mis antecesoras como mía, liderando a un grupo humano inigualable desde el calor abrasador del norte hasta el gélido frío del sur. No tengo más que agradecer a todas y cada una de esas personas por estar siempre a la altura de las circunstancias. El fruto de su trabajo es un orgullo para el país, para sus familias y para todos nosotros.